Sobre mi

Mi nombre es Antonio, soy un Valenciano de 54 años y me encanta cocinar, aunque mi pasión por la cocina no comenzó hasta mi edad adulta. Si queréis saber un poco más sobre mi, leed esta pequeña historia…

Lo recuerdo como si fuera ayer, hace muchos años toda nuestra casa olía a canela, vainilla, cáscara de limón, y por supuesto a bizcocho recién horneado. Mi madre, a la que no le gustaba mucho la cocina, nos preparaba sabrosas meriendas los sábados por la tarde para tomar después de la película de indios y vaqueros que emitían en la televisión. La casa se llenaba de aromas, se llenaba de vida. Siendo adolescente, empecé a ayudarla, y poco a poco, pude hacer mi propia repostería a edad temprana. No es que sintiera una llamada por la cocina, simplemente me gustaba, y eso me ayudó a perder el miedo en el futuro para ponerme delante de un fogón o un horno.

Con los años fui perdiendo la afición, hasta que con 40 años de edad me rompí la pierna haciendo senderismo. Al estar inmovilizado en casa durante meses, tienes mucho tiempo libre, y yo siempre he sido una persona muy interesada en aprender cosas nuevas. Así pues comencé a combinar mis hobbies preferidos de la lectura con los programas de cocina de la televisión. Desde ese momento, Karlos Arguiñano fue mi referente, aunque luego no pude resistirme a ver los programas de Bruno Oteiza, Eva Arquiñano, Roqueta, Fleisman, y un gran elenco de chefs. Poco a poco fui devorando recetas tanto de la televisión como de internet. Empecé a leer libros cada vez más técnicos y cuando mis piernas me lo permitieron empecé a atender cursos para aficionados.

Mi mujer, que durante muchos años nos dio de comer a la familia, dejó de entrar en la cocina, porque yo me había apoderado de ella. Cuando llegaban del trabajo mi mujer o del cole mis hijas, sabían que la cena la preparaba papá y los fines de semana por supuesto desayunos, comidas y cenas.

Menos mal que fueron de paladar exigente y eso me ayudó a ir mejorando. Pero sobre todo lo que más satisfacción me producía y me produce ahora, es ver disfrutar a mis comensales, familia, amigos e invitados, con mis elaboraciones, no buscando el elogio, sino la felicidad compartida. En eso consiste la cocina de papá, en compartir esa experiencia que tenemos en casa, con platos caseros, saludables y ricos que llenan de felicidad y alegría cualquier casa en la que se cocina con ese fin.